CARACTERÍSTICAS CULTURALES DE LOS PRIMEROS POBLADORES DE AMÉRICA

Para entender a los primeros hombres y mujeres del continente americano es importante saber cómo vivían, cómo se organizaban y quiénes eran. Cuando los seres humanos lo poblaron, todas las sociedades en el mundo eran cazadoras-recolectoras, es decir, vivían de la caza de animales y la recolección de plantas para su subsistencia, a diferencia de las posteriores civilizaciones como la maya, mexica o inca, que fueron sociedades agrícolas, esto es, producían sus propios alimentos mediante la agricultura y la domesticación de animales.

El nomadismo fue la primera forma de vida desarrollada por el ser humano, y durante miles de años fue la única forma de subsistencia en el planeta, hasta la aparición de la agricultura. Este modo de vida se caracteriza porque los grupos no poseen un lugar fijo o establecido para vivir sino que se desplazan por los territorios según las temporadas del año, llevando consigo lo esencial para asegurar su subsistencia.

Los nómadas vivían de la caza, la pesca y la recolección. Independientemente de dónde y cómo llegaron los primeros humanos a América, que fueron nómadas. Las primeras oleadas migratorias que ingresaron al continente se caracterizaban por formar bandas, que son grupos familiares unidos por lazos sanguíneos. La forma o modo de vida de éstas era nómada, por lo que establecieron estrechos vínculos con el territorio que habitaban, además de ser profundos conocedores de los ciclos de la naturaleza. El nomadismo se mantiene en la actualidad en algunas culturas de África, Sudamérica, en las islas del sureste asiático y en las regiones polares de Asia y América.

Las bandas familiares que poblaron América estaban formadas por no más de 50 personas. La caza era una actividad colectiva primordial y sumamente especializada. Por ejemplo, existía una técnica de cacería que implicaba la organización de numerosas bandas con una alta complejidad social, pues era necesario que se reunieran cazadores expertos de distintos grupos familiares para crear alianzas temporales. Consistía en provocar estampidas de manadas de mamíferos, como bisontes o venados, hacia despeñaderos y barrancos. Los animales que caían eran suficientes para alimentar a varios grupos, lo que permitió la realización de ciertas ceremonias sociales entre los reunidos.

Con el fin de la Era del Hielo (Pleistoceno), hace 10 000 años, y el cambio climático que trajo consigo, se extinguieron los mamíferos de gran tamaño, como mamuts, mastodontes, dientes de sable, caballos y camellos gigantes, entre otros, y surgieron y se dispersaron nuevas especies vegetales. Gradualmente, los primeros pobladores de América quedaron aislados y desarrollaron un nuevo modo de vida: el sedentarismo. Los sedentarios se instalan y viven permanentemente en un territorio, practican predominantemente la agricultura, mientras que la caza y la recolección son actividades complementarias. Se establecen en aldeas, que algunos siglos después serán el lugar de nacimiento de las primeras sociedades estratificadas.

Los primeros grupos humanos en el continente americano eran Homo sapiens, es decir, anatómicamente iguales a las personas, tanto física, como psicológicamente, y llegaron en varias oleadas migratorias. No se trató de sólo un grupo de viajeros, sino de varios que llegaron por diversas regiones desde hace unos 30 000 y 15 000 años, lo que permite suponer que desde las primeras migraciones humanas al continente existió una multiculturalidad, esto es, la presencia en un mismo lugar de personas con culturas diferentes, la cual generó las civilizaciones que han evolucionado hasta nuestros días.

Es muy probable que los hombres y las mujeres que poblaron inicialmente el continente americano procedieran del asiático, especialmente de las estepas siberianas, aunque lo hayan hecho por distintas rutas y en diversos periodos. Con la desaparición de Beringia, el puente terrestre que unía Eurasia y América hace 11 000 años, debido al cambio climático producido por la transición de la Era del Hielo (Pleistoceno) a la era geológica actual (Holoceno), las civilizaciones americanas se desarrollaron de manera aislada al resto del planeta.

Los modelos de migración que explican la dispersión de la humanidad a través del mundo dependen de las evidencias fósiles humanas, los artefactos arqueológicos y los estudios de genética, los cuales se van actualizando por medio de investigaciones y hallazgos. Por ejemplo, el caso de los restos fósiles humanos encontrados en la cueva de Apidima, en Grecia, tienen una fecha de 210 000 años, lo que lo convierte en la evidencia humana más antigua fuera de África. Sin embargo, esto no significa que los humanos se hayan dispersado de manera generalizada en Europa.

Sin duda, en los próximos años habrá nuevas evidencias científicas de la presencia humana en distintas partes del mundo, lo que nos ayudará a entender mejor hace cuánto, cómo y por qué la humanidad empezó a migrar. Todavía hay muchas preguntas abiertas: ¿por qué migraron los humanos en la antigüedad?, ¿qué motivaciones tenían para hacerlo? Los hallazgos de evidencias en América y el mundo son como descubrir las piezas perdidas de un rompecabezas que aún está por completarse. En la medida en que mayores piezas se dispongan, mejor se podrá entender el desarrollo de la humanidad.

Fuente: Colección Ximhal. Ética, naturaleza y sociedades. Primer grado de secundaria. Dirección General de Materiales Educativos de la Secretarla de Educación Pública.