LA CAÍDA DE TENOCHTITLAN

LA CAÍDA DE TENOCHTITLAN

La guerra de conquista de México-Tenochtitlan fue un proceso de invasión que abarcó el periodo de 1519 a 1521. Para entender la caída de los mexicas, es necesario identificar los factores que ocasionaron que Hernán Cortés y sus huestes los dominaran.

EL ENCUENTRO ENTRE LOS PUEBLOS MESOAMERICANOS Y ESPAÑOLES: FACTORES QUE INTERVINIERON EN LOS ENFRENTAMIENTOS

Hablar de la caída de México-Tenochtitlan implica conocer algunos de los factores que llevaron al derrocamiento de ese señorío y capital del imperio mexi­ca: la superioridad armamentista española, los intérpretes mayas y nahuas, el mito de los cinco soles, la unión entre señoríos enemigos de los mexicas y los españoles, la guerra como ritual sagrado para los pueblos originarios, el brote de enfermedades traídas por los conquistadores al continente americano, en­tre varias más.

En octubre de  1518, el gobernador de Cuba, Diego Veláz­quez, inició la tercera expedición para expandir el territorito español hacia las tierras que habían sido avistadas por Fran­cisco Hernández de  Córdoba en 1517, y por Juan de Gri­jalva en 1518.  Para esta misión, nombró a Hernán Cortés capitán de la expedición y le otorgó poder judicial, es decir, injerencia en asuntos penales y civiles.

Las obligaciones de Cortés en ese viaje fueron evangelizar a los nativos, describir las zonas encontradas,  identificar los re­cursos naturales disponibles para su explotación  y conquistar las tierras en nombre de la Corona española. Con  el propósito de seguir a cargo porque ya no contaría con  el permiso de Vezquez,  pues éste había dispuesto que  el conquistador  ya no cumpliría con esta misión, Cortés salió del puerto de Santia­go de Cuba en noviembre de 1518, al frente de  518 infantes, 16  jinetes,  13  arcabuceros,  32  ballesteros,  110   marineros  y cerca de  doscientos  civiles esclavizados,  originarios de  las is­las dominadas y de África. Para febrero de 1519 llegó a tierras americanas, aunque con un número de efectivos menor, pues varios murieron en el camino.

Hernán  Cortés arribó  a la isla de Cozumel,  en  el mar Caribe,  después se dirigió  hacia la península de Yucatán,  donde se encontró  con  Gonzalo  Guerrero  y  Jerónimo  de Aguilar, dos españoles que habían  naufragado  en  1511  cuando  rea­lizaban  una expedición  para evangelizar.  Cortés intentó incorporarlos a la expedición, pero sólo este último  aceptó  ir con él y se volvió su intérprete del idioma maya.

El viaje de Cortés continuó  hacia Tabasco,  donde se dio  la batalla de Centla,  el 14  de marzo  de 1519,  con  un  enfrentamiento  entre españoles y mayas-chontales. Los hombres de Cortés lograron la victoria debido a la presencia de caballos,  animales que dieron  una ventaja táctica y  sor­prendieron  a los mayas.  Estos decidieron  entablar una relación  de paz con  los españoles para no  generar más conflictos.  Dicho  acontecimien­to es uno de los factores que permitieron la expansión y la conquista en el centro  de Mesoamérica.  Durante esta campaña,  Cortés escuchó  por primera vez sobre el señorío  mexica,  su  poderío  y  el sometimiento  que ejercía entre la población  mesoamericana.  Ante estas noticias,  no  pudo dejar pasar la oportunidad  para intentar someter a un  imperio  que,  a su  vez,  tenía dominada a gran  parte de la región.  Su  nuevo  objetivo fue conquistar ese señorío,  proceso que prometía generarle cuantiosas riquezas y poder.

Así,  Cortés inició  su  expedición  en  busca de la Gran  Tenochtitlan. En  abril de 1519  llegó  a Chalchiucueyetlcuecan,  donde fundó  la Villa Rica de la Vera Cruz (que significa “Verdadera Cruz”).  Fue en este sitio  donde estableció  el primer ayuntamiento,  una institución política integrada por un  alcalde y  concejales.  Dicha empresa se en­ cargaba de administrar y  gobernar un  municipio,  daba validez legal a la misión  de la conquista y  permitió  que Cortés se deslindara del poder del gobernador Diego  Velázquez y  se convirtiera en  capitán general del nuevo territorio.

Luego  de que los soldados se establecieran  en  ese lugar,  recibieron  la visita de algunos representantes del huey  tlatoani mexica Moctezuma Xocoyotzin. Cortés les mostró  armas y  caballos,  otro  factor que benefició  al proceso  de conquista,  y  así los guerreros mexicas consideraron superiores sus instru­mentos de guerra.

La  comunicación  entre  Cortés  y  los  enviados  de  Moctezuma  fue  posible gracias a que,  como  muestra de cordialidad,  los pueblos mayas del sur le obsequiaron,  al primero,  una mujer de origen  nahua llamada Malintzin  a quien  los  españoles  nombraron  Marina.  Esta  joven  se  convirtió  en  intér­prete  de  Cortés.  Al  conocer  a  la  perfección  la  lengua  náhuatl,  Malintzin traducía  de  ésta  al  maya  lo  que  los  mexicas  querían  decir  al  conquistador, para   que   Jerónimo   de   Aguilar   interpretara   del   maya   al   español.   Cuando Cortés  quería  comunicar  algo  a  los  mexicas,  Aguilar  traducía  del  español  al maya,   para   que   Malintzin   tradujera   del   maya   al   náhuatl.   Posteriormente, dada  la  gran  inteligencia  de  Malintzin,  ya  no  fue  necesaria  esta  triangula­ción, pues aprendió español y traducía directamente.

Hernán  Cortés llegó  en  el año  1  Acatl,  que en  el calendario  mexica era el del nacimiento  de la divinidad  Quetzalcóatl y  correspondía a 1519- Asimismo,  Cortés traía consigo  objetos desconocidos para los locales; Moctezuma,  impresionado,  quiso  entablar una alianza con  los es­pañoles.  Acostumbrado  a dar ofrendas para llegar a acuerdos,  el huey tlatoani mexica comenzó  a enviar mensajeros con  regalos a Cortés, como  plumas de quetzal,  tejidos,  oro  y  plata,  entre otros.  No  obstante, los obsequios provocaron  que la ambición  del conquistador creciera y se fijara como  objetivo  derrotar a México-Tenochtitlan  para obtener mayores riquezas.

En  el periodo  de julio  a agosto  de 1519,  Cortés estuvo  en Cempoala (en  el actual Veracruz),  donde conoció  a los totonacas y les comentó que venía a ayudarlos para acabar con los sacrificios humanos y  los maltratos que ejercían  los mexicas. Mientras las tropas españolas se encontraban  en  ese lugar,  llegaron  los recaudadores de tributo  de Moctezuma,  quienes,  al notar la presencia de los españoles,  exigieron  una explicación a los totonacas por haberlos recibido  sin  el permiso  del huey tlatoani mexica.

Ante esto,  los totonacas buscaron  la ayuda de Cortés,  quien les recomendó  encarcelar a los enviados.  Así lo  hicieron.  No obstante,  Cortés fingió  que no  sabía del aprisionamiento  y  pi­dió que se les liberara. Esto lo hizo con la finalidad de ganarse la confianza de Moctezuma.  De esa manera,  el navegante lo­gró  su  primera alianza con  un  pueblo  indígena,  los totonacas, quienes deseaban  liberarse del sometimiento  mexica.  Asimis­mo,  Cortés se enteró,  en  esa zona,  que diversos pueblos, como Tlaxcala, eran enemigos de los mexicas.

Tras dejar Cempoala,  Cortés regresó  a la Villa Rica de la Vera Cruz para preparar una nueva expedición  que tenía por objeto  ir hacia Tlaxcala, adonde arribó  en  septiembre de 1519- Cuando  los españoles y  los totonacas llegaron,  fueron  atacados por guerreros tlaxcaltecas,  quienes final­ mente cayeron  derrotados por las tropas del conquistador y  sus aliados después de varios días de batallas.  Esto  provocó  que los representantes de este señorío  hablaran  con  Cortés para formalizar una alianza en  con­tra de México-Tenochtitlan.  Con  esto,  las huestes españolas crecieron, pues ya incluían  españoles,  totonacas y  tlaxcaltecas.  De esta manera,  la unión  entre los españoles y  los señoríos enemigos de los mexicas sería otro de los factores que contribuyeron  a la caída del imperio  gobernado por Moctezuma.

Después de que Cortés forjó  las dos alianzas,  decidió  acercarse a México-Tenochtitlan  por el camino  hacia Cholula en  octubre de 1519.  Durante los primeros días,  los cholultecas trataron  con  amabilidad  a los españoles. No  obstante,  Cortés tuvo desconfianza de ellos,  ya que eran  enemigos de los tlaxcaltecas.  Además,  existían  rumores de que estaban  planeando, junto  con  Moctezuma,  un  levantamiento  en  su  contra.  Por eso,  Cortés decidió  adelantarse al supuesto  levantamiento  y,  junto  con  soldados de Tlaxcala y  Cempoala,  llevó  a cabo  la matanza de Cholula,  donde fueron asesinados gobernadores, sacerdotes y cientos de pobladores.

Cortés decidió  continuar su  viaje hasta México-Tenochtitlan.  Pasó  por Amecameca y  Tlalmanalco  (en  el actual Estado  de México).  Esta última población  recibió  con  regalos a los españoles,  ya que tenía rencillas con  los mexicas.  El 8  de noviembre de 1519  los españoles llegaron  a MéxicoTe­nochtitlan,  donde se dio  el encuentro  entre Cortés y  Moctezuma,  quien recibió  al español con  calidez.  Seis días después de su  llegada,  Cortés decidió apresar a Moctezuma para evitar un levantamiento en su contra.

En  mayo  de 1520,  mientras Hernán  Cortés intentaba apo­derarse totalmente de México-Tenochtitlan,  llegó  a Veracruz Pánfilo  de Narváez,  enviado  por el gobernador Diego  de Velázquez.  El militar tenía la misión  de llevarse preso  a Cortés por haber zarpado  sin  permiso  del gobernador en  1519, Cuando Cortés se enteró  de esa situación,  decidió  regresar a Veracruz, donde apresó  a Narváez y  convenció  a sus tropas de unirse a la lucha.

Cortés dejó  como  encargado  a Pedro de Alvarado  para man­ tener el orden  en  México-Tenochtitlan.  Mientras Cortés estaba ausente,  los mexicas prepararon  la fiesta de Tóxcatl,  dedicada a los dioses Huitzilopochtli y  Tezcatlipoca.  Durante esta ce­lebración,  Pedro  de Alvarado  ordenó  matar a los mexicas que se encontraban  ahí.  Este hecho,  también  conocido  como  la matanza del Templo  Mayor,  ocasionó  que los mexicas se levantaran  en  armas contra los españoles y  sitiaran  a Alvarado  en  el Palacio  de Axayácatl,  junto  con  sus hombres y  Moctezuma,  a quien empezaron a considerar un traidor por su alianza.

Al   regresar   Hernán   Cortés   a   México-Tenochtitlan,   pidió   a   Moctezuma hablar  con  su  pueblo  para  que  el  levantamiento concluyera,  pero  los  habi­tantes  consideraron  al  huey  tlatoani  un  señor  sin  poder,  que  actuaba  según las  órdenes  de  los  españoles;  le  lanzaron  piedras  hasta  herirlo  y,  según  la versión  española,  murió  unos  días  después.  Sin  embargo,  otras  versiones afirman  que  Moctezuma  murió  a  manos  de  Cortés,  quien  consideró  que  ya no le era de utilidad.

Ante  el  levantamiento,  Cortés  decidió  huir  con  sus  tropas  sin  que nadie  se  enterara;  sin  embargo,  la  población  mexica  los descubrió  y atacó  durante  varias  semanas.  Aunque  los  españoles  fueron  finalmen­te  derrotados  en  esta  batalla,  Cortés  sobrevivió.  Se  cuenta  desde  esa época  que  tal  hazaña  infundió  temor  entre  los  españoles,  aun  cuan­do  desde  su  llegada  a  América  no  habían  perdido  ninguna  batalla. 

La  derrota  y  huida  de  la  ciudad  de  México-Tenochtitlan  ocasionó  la presunta  escena  del  “Árbol  de  la  Noche  Victoriosa”,  mejor  conocido como  “Árbol  de  la  Noche  Triste”,  donde  Cortés  lloró.  Este  sitio  se ubica hoy sobre la calzada México-Tacuba, en la colonia Popotla de la Ciudad de México.

El jefe que guió  el enfrentamiento  contra los españoles fue Cuitláhuac, quien se volvió el nuevo huey tlatoani de los mexicas y se centró en for­tificar México-Tenochtitlan  para evitar que su  pueblo  hiera sometido nuevamente.  Sin  embargo,  para mediados de 1520  comenzó  una epide­ mia de viruela entre los mexicas,  lo  que provocó  la muerte de Cuitláhuac entre noviembre y  diciembre de ese año.  Las enfermedades fueron  otro factor que permitió  el debilitamiento  del señorío  mexica.  Cuitláhuac sería sucedido por Cuauhtémoc, último huey tlatoani mexica.

Tras la salida de los españoles de México-Tenochtitlan,  Cortés decidió  ir hacia Tlaxcala.  Durante su  viaje ocurrió  la batalla de Otumba, el 7  de julio  de 1520,  entre el ejército  de Cortés y  el de Cuitláhuac. Los mexicas tenían  como  objetivo  atrapar vivos a la mayoría de los soldados del ejército  enemigo.  Finalmente,  Cortés y  sus hombres sobrevivieron a la batalla.

El 8 de julio de 1520 los españoles arribaron a Tlaxcala, donde Cortés decidió formar un gran ejército para vencer al pueblo mexica. Se alió con los pueblos Quiahuiztlán (hoy Veracruz), Texcoco, Azcapotzalco y Mixquic. La táctica más importante para el contraataque fue la construcción de  13  bergantines,  buques de  dos palos y vela cuadrada o redonda. En octubre de 1520, estos navios sirvieron para sostener la guerra en el lago de Texcoco, pero antes los españoles cerraron las rutas comerciales y el acueducto de Chapultepec que llevaba agua a los mexicas. El cierre oca­sionó  un  desabasto  de  productos,  mientras  México-Tenochtitlán  sufría la epidemia de viruela.

En  diciembre de 1520  inició  la ofensiva española mediante la toma de los pueblos periféricos del lago,  como  Chalco  y  Xochimilco,  que se aliaron  con  Cortés después de ser derrotados por los españoles. No  obstante,  el asedio  a México-Tenochtitlan  comenzó  hasta abril y concluyó  en  agosto  de 1521.  Cuando  Cuauhtémoc intentó  escapar para enfrentarse con  los españoles en  otro  lugar,  fue perseguido  y aprisionado  el 13  de agosto  de 1521.  El pueblo  mexica fue tomado y derrotado.

La avanzada de Hernán Cortés desde el sureste hasta el centro del actual territorio mexi­cano contribuyó decididamente a la caída de México-Tenochtitlan. Sin embargo, los factores que provocaron que el pueblo mexica fuera sometido por los conquistadores son diversos: van desde las alianzas con otros pueblos originarios, hasta la superioridad armamentística de los españoles, pasando por las grandes epidemias que mermaron a la población mexica.

INDÍGENAS Y ESPAÑOLES SOMETEN A OTROS PUEBLOS 

Luego de la caída de México-Tenochtitlan, el siguiente paso de Hernán Cortés y  sus aliados  fue imponer  su  dominio  mediante  el  sometimiento militar  y la toma de rutas comerciales. Los europeos no fueron los únicos que se apode­raron del territorio, pues grupos originarios, como los tlaxcaltecas, zapotecas y xochimilcas también se favorecieron de la derrota mexica para aumentar sus dominios y riquezas.

Después de 1521, se llevaron a cabo diversas campañas para someter a los indí­genas de Mesoamérica. Por ejemplo, en 1522, el explorador español Cristóbal de Olid, junto con otros guerreros mexicas y conquistadores, sometieron sin necesi­dad de lucha a los tarascos de  Michoacán, y en 1523, el conquistador Gonzalo de Sandoval, apoyado por la población originaria, se apoderó de Colima.

También  en  1523,  los españoles,  comandados por Pedro  de Alvarado,  y  los grupos originarios aliados,  como  los tlaxcaltecas y  los cholultecas,  se enfocaron  en  la conquista del sureste de Mesoamérica,  habitado  por los mayas.  El objetivo fue establecer una ruta del centro al sur para obtener oro y plata. Esto llevó  al sometimiento  de los mixtecas y  zapotecas,  quienes protegían  el istmo de Tehuantepec (ubicada hoy  en  Oaxaca y  Veracruz,  es la zona más angosta entre el golfo de México y el océano Pacífico). Pero fue hasta 1524 cuando los europeos, nahuas,  kaqchikeles y  zapotecos sometieron  al pueblo  k’iche’ en  el actual país de Guatemala.

Por  otra  parte,  Aridoamérica  fue  la  zona  más  difícil  de  conquistar.  Ñuño  Beltrán  de  Guzmán  y  cientos  de  guerreros mesoamericanos, como los chalcas y otros, lograron apoderarse de parte de esta región ubicada  al  norte  de  Mesoamérica  entre  1531  y  1548  para  establecer el reino  de  Nueva  Galicia,  en  los actuales estados de Colima, Jalisco,  Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes y Guanajuato.

Su  dominio no  fue aceptado  por la población  originaria,  que se suble­vó.  El levantamiento  de Coaxicori en  Xochitepec en  1537,  y  la guerra del Mixtón,  además de otras rebeliones chichimecas contra los españoles que hubo  entre 1532  y  1541,  tuvieron  como  objetivo  expulsar a los europeos de las zonas cercanas a la serranía del Mixtón,  pues éstos pretendían  cons­truir un  puerto  en  esa región  para tener acceso  al océano  Pacífico,  lo  cual significaba contar con una ruta hacia el continente asiático.

Después de la Conquista de México-Tenochtitlan siguió un proceso largo que impli­có el sometimiento de la mayoría de los pueblos originarios a lo largo de la existencia de la Nueva España, por medio de enfrentamientos militares y de la evangelización.

La Conquista fue un proceso de larga duración. Comenzó con la llegada de los españoles a territorios 

mesoamericanos y se extendió durante toda la época colonial (1521-1821). Si bien el proceso culminó 

con la guerra de México-Tenochtitlan, hay que recordar que a lo largo del territorio existía una 

gran diversidad de poblaciones que resistieron por más tiempo a la colonizacióny evangelización.