PUEBLOS ANTIGUOS DE ARIDOAMÉRICA Y OASISAMÉRICA

A veces se piensa que sólo en Mesoamérica existieron sociedades complejas y con elocuentes manifestaciones culturales, pero en el norte de México también existieron comunidades que desarrollaron sus propios sistemas de organización social y pensamiento, muy diferentes a la tradición mesoamericana. 

Dichas sociedades del norte se adaptaron a las condiciones ambientales donde vivían. A continuación se presentarán sus formas de vida y algunas de sus costumbres. 

TEMPORALIDAD, UBICACIÓN Y MANIFESTACIONES CULTURALES DE ARIDOAMÉRICA

Aridoamérica es una amplia área cultural localizada en el territorio que actualmente corresponde al norte de México y el sur de Estados Unidos. Se caracterizó principalmente por su modo de vida nómada y cazador-recolector.

En esta área cultural existieron múltiples grupos humanos, cada uno con una lengua y una cultura particular.

Estas sociedades humanas tuvieron que adaptarse a condiciones climáticas muy diversas. En aspectos ambientales, la zona en efecto es, como su nombre lo indica, árida, pero también existen otros tipos de climas, desde las montañas de la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental, incluida la meseta que se forma entre estas dos cordilleras, hasta un largo litoral.

En el periodo posclásico, los mexicas, que eran el máximo imperio mesoamericano, consideraban a los habitantes de Aridoamérica como individuos poco civilizados y los denominaban de manera despectiva con el término chichimecas, el cual tiene varias interpretaciones, como “gente del linaje del perro” o “los que viven de la caza”. Por esta denominación, a una parte del territorio de Aridoamérica también se le conoció como la Gran Chichimeca.

Tradicionalmente se ha considerado que los habitantes de esta región cultural vivían de manera rudimentaria, simple y casi salvaje, pero los cazadores-recolectores fueron sociedades complejas en sus creencias y en su relación con el territorio. Haciendo a un lado el hecho de que las sociedades de Aridoamérica tenían un modo de vida difícil y agreste, es importante conocer acerca de su vida, subsistencia, manifestaciones culturales y formas de ser y vivir.

Ubicación

La región de Aridoamérica se ubicaba en el actual norte mexicano y sur de Estados Unidos. En México, comprendía los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Baja California, Baja California Sur; partes de Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Tamaulipas, Guanajuato y Querétaro; y en menor medida, regiones de Sinaloa y Jalisco. En Estados Unidos ocupaba algunas zonas de Texas, zonas de Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México y California. 

Esta región tuvo cambios territoriales con el paso del tiempo, pues sus límites no siempre fueron los mismos. Por ejemplo, en el periodo clásico de Mesoamérica (del año 0 al 900), en la zona de los actuales estados de Zacatecas, Durango, San Luis Potosí y Guanajuato se construyeron asentamientos plenamente identificados con la tradición mesoamericana, como Loma San Gabriel y La Ferrería (Durango); La Quemada y Chalchihuites (Zacatecas); El Cóporo y Plazuelas (Guanajuato); Ranas, Toluquilla y El Cerrito (Querétaro), o Balcón de Montezuma (Tamaulipas). 

Sin embargo, durante el periodo posclásico (del 900 a 1521), en particular hacia el año 1000, ocurrió una larga y cruenta sequía, que hizo que las poblaciones de la región árida del norte de México avanzaran hacia el centro del país, lo que trajo consigo la caída y desaparición de muchas ciudades en la frontera norte de Mesoamérica, aunque varias de ellas ya habían desaparecido antes de este colapso ambiental.

También se estima que hasta la aparición de la agricultura en Oasisamérica (aproximadamente en el año 500 a. n. e.), esta zona formaba parte de Aridoamérica porque la mayoría de los pobladores eran recolectores-cazadores. De esta manera observamos que los límites de Aridoamérica como área cultural han oscilado a lo largo del tiempo.

Temporalidad

La forma de vida recolectora-cazadora que caracteriza a la región ha sido la misma desde hace al menos 13,500 años. Algunas de las evidencias más antiguas del poblamiento del actual territorio mexicano provienen de esta región.

Mientras que la configuración social de los grupos nómadas de Aridoamérica permaneció igual por miles de años, en Mesoamérica se desarrolló la agricultura, después los primeros asentamientos permanentes y posteriormente se formaron los estados más grandes y complejos.

Aridoamérica continuaba manteniendo su misma forma de subsistencia a través de la recolección y la caza. Incluso después del triunfo español sobre el Imperio mexica en 1521, durante la guerra de conquista, y después de establecida la Nueva España, los grupos humanos de esta región continuaron con su mismo modo de vida.

Una vez consumada su independencia, la nación mexicana determinó que los indígenas del norte de México eran un problema y les declaró la guerra hasta prácticamente aniquilarlos. La instalación de puestos militares o presidios en las actuales entidades de Coahuila, Nuevo León, Sonora, Sinaloa, y la península de Baja California tenían el objetivo de frenar y cortar el avance de los indígenas que llegaban a las poblaciones y ciudades.

Por lo anterior, se puede decir que la existencia de Aridoamérica duró más que la de Mesoamérica misma, pues abarcó un periodo de continuidades que va desde la llegada de las primeras personas al actual territorio mexicano, hasta la primera mitad del siglo XIX.

Manifestaciones culturales

Los pobladores de Aridoamérica habitaban en refugios naturales como abrigos rocosos, covachas o cuevas, pero también construyeron algunos campamentos temporales elaborados con rocas en los cimientos y materiales perecederos, como palmas y otras hojas secas, como techos.

En abrigos rocosos y cuevas es común encontrar restos de instrumentos de roca, como puntas de proyectil, hachas y algunos metates. En pocos casos, las condiciones secas de los abrigos rocosos y cuevas permitieron la preservación de objetos elaborados con materiales orgánicos como canastas, redes, petates para dormir e incluso sandalias. La cueva de la Candelaria en Coahuila y algunos abrigos rocosos del municipio de Aramberri en Nuevo León cuentan con ejemplos excepcionales de objetos de materiales orgánicos.

En las cuevas y abrigos rocosos es común encontrar arte rupestre. Este tipo de arte consiste en imágenes que fueron grabadas o pintadas sobre superficies rocosas. Las técnicas pueden ser pictografías (o pintura rupestre), que son figuras realizadas sobre las rocas mediante la aplicación de pigmentos; o petrograbados (petroglifos), que son también figuras, pero que han sido grabadas en superficies rocosas.

Algunas de las evidencias más antiguas de pictografías en Aridoamérica están en la sierra de San Francisco, en el centro de la península de Baja California. Algunas de estas pinturas tienen al menos 9 ,,00 años de antigüedad y se caracterizan por representar figuras humanas y animales de gran tamaño, así como formas geométricas en colores rojo y negro, principalmente.

Prácticamente en toda Aridoamérica, desde Baja California hasta Tamaulipas y de Guanajuato a Chihuahua existen este tipo de manifestaciones rupestres, las cuales demuestran el complejo sistema de pensamiento y creencias de las sociedades cazadoras-recolectoras. Sin embargo, se estima que los actuales estados de Coahuila y Nuevo León constituyen la región en donde se presentan con mayor abundancia este tipo de manifestaciones culturales en todo el continente americano, pues se encuentran centenares de sitios en montañas, abrigos, cuevas o planicies.

CARACTERIZACIÓN DE LA REGIÓN DE OASISAMÉRICA: CULTURAS ANSAZI, HOHOKAM, MOGOLLÓN, CASAS GRANDES Y TRINCHERAS

Oasisamérica es un área cultural específica que originalmente formaba parte de Aridoamérica, pero debido a la introducción de las técnicas de cultivo mesoamericanas y el asentamiento permanente de los pobladores, se diferenció culturalmente tanto de Aridoamérica como de Mesoamérica. Este cambio ocurrió aproximadamente en el año 500 a. n. e. Las culturas de esta área desarrollaron complejos habitacionales de adobe, agricultura permanente, producción de cerámica y un constante intercambio comercial con las culturas de Mesoamérica.

La región de Oasisamérica abarcó los actuales estados de Sonora y Chihuahua y la parte norte de Baja California, en México; y Arizona, Nuevo México, Utah y partes de Colorado, Nevada, California y Texas, en Estados Unidos. Oasisamérica se divide en subregiones culturales de acuerdo a los lugares donde se establecieron las culturas Anasazi, Mogollón, Hohokam, Casas Grandes y Trincheras.

Anasazi

Este término proviene del idioma navajo y significa “pueblos antiguos”. Los grupos anasazi ocuparon la parte más norteña de Oasisamérica, entre los estados de Colorado, Utah, Nuevo México y Arizona, en Estados Unidos. Aproximadamente entre los años 100 a. n. e. y 500 d. n. e. comenzaron a cultivar maíz, frijol y calabaza, y completaron su alimentación con productos de la recolección y la caza.

Los anasazi construyeron aldeas y villas caracterizadas por la gran cantidad de viviendas con numerosas habitaciones, las cuales tenían puertas y ventanas en forma de una paleta de nieve. Éstas eran hechas con piedra, barro y troncos. Un tipo de edificación particular fueron las kivas, estructuras circulares donde se llevaban a cabo ritos y ceremonias. El asentamiento más importante fue Mesa Verde, en Colorado.

Destacaron en la elaboración de objetos de barro muy fino, realizados con una técnica llamada mimbres del sur de Nuevo México, con decoraciones de figuras de animales y personas. Hacia el año 1,300, muchos pueblos se encontraban en decadencia y abandono debido a las sequías prolongadas o los ataques de grupos nómadas; sin embargo, los anazasi continuaron existiendo hasta el arribo de los exploradores españoles.

Hohokam

El término hohokam proviene de la lengua pima y significa “los que se fueron” o “usado/agotado”. Esta cultura ocupó la parte centro y sur del estado de Arizona, en Estados Unidos. Se desarrolló desde los años 500-300 a. n. e. Hasta aproximadamente 1450. Mantuvieron contacto comercial y de intercambio de larga distancia con Mesoamérica entre los años 500 y 900.

Algunos de los vestigios de esta cultura son los cascabeles de cobre y vasijas, así como conchas y caracoles provenientes del golfo de México. Derivado de este contacto comercial y cultural con Mesoamérica, los hohokam aprendieron a realizar trabajos de canalización del agua para la irrigación de cultivos como el maíz, el frijol, la calabaza y el algodón. 

Además, en algunos poblados se han identificado canchas de juego de pelota. 

Pocos sitios hohokam se han preservado, pues la mayoría han sido destruidos por los campos de cultivo modernos y la urbanización. Los sitios más conocidos son Casa Grande, Pueblo Grande y Castillo de Montezuma, en Arizona.

Los hohokam tenían la costumbre de incinerar a sus muertos y guardar las cenizas en vasos de cerámica. Se considera que los grupos indígenas pima que viven tanto en México como en Estados Unidos son descendientes directos de los hohokam.

Mogollón

Esta cultura recibe su nombre por la cordillera del mismo nombre en Nuevo México, Estados Unidos, y se desarrolló desde el año 500 hasta el 1,200.

Sus construcciones fueron muy similares a las anasazi y hohokam: eran semisubterráneas y con entrada por el techo; para su construcción se utilizó adobe, piedra, lodo y madera. Uno de los sitios más importantes de esta cultura son las Casas del acantilado de Gila, en Nuevo México.

Hacia el año 1,100 empezó el declive de la cultura mogollón y terminó colapsando en 1340. Tras la desaparición de la cultura mogollón, la región fue habitada por apaches; no obstante, hoy los indios pueblo del suroeste de Estados Unidos se asumen como descendientes de la cultura mogollón, especialmente los indígenas hopi y zuñi.

Se considera que la cultura de Casas Grandes forma parte de la tradición mogollón, pero para ser más específicos con esta cultura que se desarrolló en México, se le considerará por separado.

Casas Grandes

Esta cultura se ubicó principalmente en Chihuahua, pero también hay evidencias de su presencia en las zonas serranas de Durango, como Casas acantilado. El periodo de su desarrollo va del año 700 al 1340. Los pobladores de esta zona tenían una agricultura desarrollada, basada en el cultivo del maíz, el frijol, la calabaza y el chile, aunque también se dedicaban a la caza y recolección como complemento.

Los primeros pobladores de esta zona cultural vivieron inicialmente en cuevas, las cuales adaptaron como vivienda. Para los años 1,000-1,100 comenzaron a establecerse en el valle y se fundó la ciudad de Paquimé, también conocida como Casas Grandes (Chihuahua), el asentamiento más importante de la región. Entre los años 1,050 y 1,300 llegó la influencia de Mesoamérica, como lo evidencia la presencia del culto a Quetzalcóatl, las canchas de juego de pelota, el trabajo artesanal con caracoles marinos, plumas (tenían sus propios criaderos de aves tropicales como loros, pericos y guacamayas en plena zona árida) y cobre (orfebrería), y el control y manejo del agua.

La ciudad de Paquimé contaba con un sistema de aguas limpias y otro de drenaje por medio de ductos. Los edificios habitacionales más altos llegaron a tener hasta seis niveles (cada uno con una altura promedio de 2.5 m) y eran construidos con bloques hechos de tierra (arcilla) y grava, semejantes al adobe aunque no eran exactamente lo mismo. La técnica de construcción de éstos consistía en hacer cajones con tablas de madera y en su interior se vaciaba el lodo. Los muros de los niveles inferiores eran anchos, mientras que los superiores eran más delgados. El interior de estos recintos estaba comunicado a manera de laberinto y los cuartos tenían pequeños hornos y camas hechas del mismo material. Las entradas eran tan angostas y bajas que se tenía que cruzar de lado e inclinar el cuerpo. Paquimé fue atacada, saqueada, quemada y abandonada hacia el año 1340, posiblemente por el asedio de grupos de Aridoamérica. Cuando los primeros europeos, como Alvar Núñez Cabeza de Vaca, llegaron a esta zona en el siglo XVI, sólo quedaban ruinas de su pasado.

Trincheras

La cultura de Trincheras se desarrolló entre los años 200 y 1450, pero fue hacia el 1300 cuando el sitio Cerro de Trincheras tomó prominencia regional. Esta cultura se estableció en el desierto de Sonora. Logró desarrollarse y establecer puentes de intercambio y comercio con otras culturas de Oasisamérica y Mesoamérica.

El asentamiento Cerro de Trincheras, en el estado de Sonora, se caracterizó por ser un cerro modificado con más de novecientas terrazas, cuyas dimensiones van de los 10 a 15 metros, y hasta 150 metros de largo.

Los muros de las terrazas y de las diferentes construcciones carecen de argamasa o cementante, es decir, las rocas se colocaron una sobre otra y llegaron a tener hasta tres metros de alto. En estas terrazas se emplazaban habitaciones de formas cuadrangular y circular.

Los habitantes del Cerro de Trincheras practicaron el cultivo de maíz, frijol, algodón y maguey, aunque, como el resto de las culturas de Oasisamérica, no abandonaron del todo la recolección y cacería. Cuando los primeros españoles arribaron a Cerro de Trincheras pensaron que las terrazas construidas con rocas eran muros defensivos o trincheras, de allí proviene su denominación.

A la llegada de los españoles en el siglo XVI, las diversas culturas de Oasisamérica habían desaparecido en su gran mayoría. Esto se debió tanto a los ataques de grupos nómadas y seminómadas aridoamericanos, como a la variación climática que impidió que los sitios se mantuvieran.

INTERCAMBIOS COMERCIALES ENTRE MESOAMÉRICA Y LOS ESPAÑOLES 

Las comunicaciones entre los grupos mesoamericanos y los grupos norteños agrícolas se mantuvieron por rutas de distribución, que fueron aquellos caminos por los cuales se realizaba el intercambio de productos. Cuando los españoles comenzaron a explorar el norte de México, utilizaron estas rutas. 

Se pueden identificar al menos tres: una que va desde la región del occidente de Mesoamérica hacia el noroeste, principalmente por la zona costera; otra que va de la región huasteca y se comunica con los grupos aldeanos del sureste de Estados Unidos, y otra que recorre la meseta central, desde el centro hasta el norte del país.

Los casos del náufrago español Alvar Núñez Cabeza de Vaca y la implementación del sistema de misiones en el norte de México son dos ejemplos del contacto y relaciones de estos pobladores norteños con los españoles.

Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue uno de los cuatro sobrevivientes de una expedición española a Florida que partió de Cuba en 1527 y, después de una tormenta que ocasionó muchas bajas, naufragó en las costas de Florida. Ahí, después de múltiples travesías y contactos con más de 20 distintas naciones indígenas, Cabeza de Vaca fue hecho esclavo, pero aprendió la cultura de los indígenas de Texas y se convirtió en curandero, lo que le permitió ser liberado después de seis años.

Tras ser liberado se dedicó al comercio y tiempo después se encontró con los restantes tres sobrevivientes del naufragio. Los cuatro decidieron dirigirse a Pánuco, una localidad española en el golfo de México (hoy Veracruz), pero su temor a ser aprisionados los hizo desviar su ruta en tierra por el río Bravo.

En su trayecto se hizo fama de sanador y curandero, además de que convivió con grupos cazadores de bisontes. Posiblemente conoció las ruinas del antiguo asentamiento de Casas Grandes, pasó por comunidades indígenas del río Sonora y finalmente en 1536, después de 9 años de travesías, cerca de Bamoa (hoy Sinaloa) encontró una expedición de españoles que lo condujo a Culiacán y posteriormente a la que llamamos hoy ciudad de México.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca fue el primer europeo en mantener contacto con los pobladores de Aridoamérica y Oasisamérica, aprendió sus formas de vida y las describió en un texto llamado Naufragios.

Por otro lado, el sistema de misiones en el norte de México estuvo a cargo de religiosos que incursionaron en dicha zona con la encomienda de convertir a los pueblos indígenas al cristianismo. Los indígenas evangelizados contribuyeron a edificar las misiones religiosas donde aprendieron técnicas europeas de agricultura y oficios. Sin embargo, no todos aceptaron formar parte de la misión y se mantuvieron en resistencia y asediando el emplazamiento.

La conversión al cristianismo funcionaba por medio de la premiación con tierras y protección para los indígenas a cambio de obediencia. Los que se oponían eran castigados y los que organizaban rebeliones eran ejecutados.

Los jesuitas establecieron misiones en lo que hoy es la península de Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, el norte de Nayarit y partes de Durango y Coahuila. Tras su salida, los dominicos se asentaron en lo que actualmente es el norte de la Baja California, mientras que los franciscanos evangelizaron Tamaulipas y Nuevo León, además de que sustituyeron a los jesuitas en la parte sur de Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nayarit, Durango y Coahuila. 

Con el paso del tiempo, algunas misiones quedaron en el abandono debido a la propagación de enfermedades traídas de Europa, los ataques de los indígenas, las condiciones climáticas, las largas distancias o el poco dinero para mantenerlas. En la actualidad, todavía podemos observar algunas iglesias pertenecientes a dichas misiones y poblaciones que se formaron, a partir de éstas.

Las diferencias culturales y lingüísticas entre los distintos grupos en Aridoamérica, Oasisamérica y Mesoamérica generaron una división cultural marcada principalmente por el modo de subsistencia: los mesoamericanos eran productores de alimentos y esto les permitió establecer grandes ciudades y tener una organización social diferenciada por grupos sociales, mientras que las sociedades ubicadas al norte fueron primordialmente recolectoras de alimentos y cazadoras, por lo que no tuvieron un lugar de residencia fijo, hasta el surgimiento del área cultural de Oasisamérica. No obstante, estas diferencias culturales no significaron una barrera, pues el comercio y el intercambio económico y cultural estuvieron presentes por mucho tiempo, sin importar las distancias, las condiciones climáticas o las diferencias de organización social.

A lo largo de milenios, las diversas sociedades de Aridoamérica se supieron adaptar al ambiente: unas adoptaron la agricultura como medio de subsistencia y otras continuaron con el milenario modo de vida cazador-recolector. La permanencia de esos grupos nómadas de cazadores-recolectores en un entorno difícil debe verse como un notable logro cultural y no como un atraso en relación al desarrollo de Mesoamérica.

Fuente: Colección Ximhal. Ética, naturaleza y sociedades. Primer grado de secundaria. Dirección General de Materiales Educativos de la Secretarla de Educación Pública.