INDÍGENAS EN LA NUEVA ESPAÑA
El proceso de conquisTa y colonización europea en el territorio americano inició en el siglo xvi y generó transformaciones profundas en la forma de vida de la población indígena, las cuales modificaron su cultura. Así, la población mesoamericana sufrió la imposición de creencias religiosas, la invalidación y anulación de sus saberes y prácticas, el despojo de sus nombres y de sus tierras, el trabajo forzado y la imposición de tributos.
SITUACIÓN DE LOS INDÍGENAS DURANTE EL PERIODO COLONIAL
Algunas de las consecuencias del periodo de conquista fueron el dominio de las tierras y el sometimiento de la población indígena. Estos cambios transfor maron todos los aspectos de la vida de los nativos y los obligaron a vivir bajo las leyes, normas, creencias e ideologías impuestas. Desde 1521, la población indígena se vio obligada a vivir de acuerdo con los mandatos de los vence dores, confinada en espacios específicos del territorio y bajo la administración colonial. Además, se le impuso una religión desconocida y contraria a su pro pia concepción del mundo.
Los españoles consideraron a los indígenas “gente sin razón ”, lo que justificó su idea de civilizarlos y evangelizarlos suplantando sus creencias, conocimientos y lenguas. Además de la explotación laboral de los indí genas, los conquistadores establecieron instituciones en beneficio de la Corona y la población española. Estas acciones de sometimiento resulta ron en el exterminio de una gran parte de la población indígena.
Durante la Conquista, las batallas tuvieron como consecuencia, en los casos más graves, la desaparición o el debilitamiento de las poblaciones nativas. Luego vino la implementación de sistemas de trabajo, como la encomienda, el repartimiento y el peonaje, que provocaron el abandono de actividades productivas en las comunidades, la fractura de las estructuras sociales y la pérdida de tierras de las que los españoles despojaron a los pueblos originarios.
Otra situación que afectó a la población indígena fue el desplazamiento forzado hacia las “repúblicas de indios”, implementadas por la Corona española con base en las formas de organización indígena en señoríos, manteniendo las jerarquías de nobles o líderes, quienes ocupaban posiciones de autoridad y prestigio. En cada república se estableció una caja de comunidad para gestionar los recursos comunes del pueblo, principalmente a través de impuestos. De esta manera, cada comunidad tenía su propio gobierno y bienes colectivos.
Durante este periodo colonial, las epidemias también impactaron de manera negativa en la población indígena. Se estima que antes de las epidemias había alrededor de 4,500,000 indígenas. Para 1597, esta cifra se redujo cerca de dos millones y en 1650 sólo quedaban 1,200,000, aproximadamente; sin embargo, hacia 1700 hubo una recuperación demográfica y se contabilizaron alrededor de dos millones de indígenas.
Durante la época colonial la Corona española controló a la población indígena. Aunque la organización territorial mantuvo ciertas similitudes con la época prehispánica, la estructura social y política fue modifica da por los españoles, quienes obtuvieron beneficios sin considerar las necesidades de los indígenas, a pesar de la legislación destinada a protegerlos.
Las epidemias que asolaron a la población indígena, sumadas a la explotación a la que fue sometida, provocaron un drástico descenso demográfico, el cual causó un deterioro significativo en las formas de vida e incluso llevó a la extinción de poblaciones enteras. Estos facto res también contribuyeron a la marginación de la población indígena durante el periodo colonial.
LA "CONQUISTA ESPIRITUAL": EL PAPEL DE LA IGLESIA CATÓLICA
La Conquista de América implicó el sometimiento y control de los indígenas en diversos ámbitos, desde lo político, social y económico, hasta lo ideológico y espiritual. Así, la llamada “conquista espiritual” tuvo como objetivo la evangelización y conversión al catolicismo de la población indígena.
La Iglesia católica desempeñó un papel clave en la colonización actúan do como una parte fundamental del dominio español y ejerciendo control espiritual sobre los indígenas. Los españoles determinaron que los indígenas tenían alma y veían como su deber convertirlos al catolicismo, enseñándoles sus creencias y rituales para asegurar su salvación. En la práctica, estas medidas constituyeron una forma de controlar a la población en todos los aspectos, lo que proporcionó a la Iglesia católica diversos beneficios, como el aumento de adeptos, mayores contribuciones económicas, control y una enorme acumulación de riquezas.
La llegada de los europeos a América generó un choque cultural entre distintas sociedades, tanto para los nativos como para los españoles, quienes experimentaron un proceso de extrañamiento mutuo, con visiones de mundo opuestas y desconocidas entre sí. Este encuentro, marcado por la violencia, lo impulsó el deseo de los europeos de conquistar y dominar los nuevos territorios. La religión católica fue clave en la conquista y colonización. La bula papal de 1501 le dio a los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, poder y autoridad sobre las iglesias en América, lo que les permitió tomar decisiones sobre la construcción de edificios religiosos y el nombramiento de líderes eclesiásticos.
El proceso de evangelización fue liderado por el clero regular, integrado por frailes y monjas que residían en conventos o monasterios.
Estos eran organismos autónomos, sujetos a la disciplina y reglas de la orden religiosa a la que pertenecían, además de que se desenvolvían bajo conductas que consideraban principios, como la humildad y la caridad. Como órdenes, estaban subordinadas directamente al papa. La llegada de los primeros misioneros a América, los franciscanos, ocurrió en 1524. En 1526 llegaron los dominicos, los agustinos en 1533 y los jesuítas en 1572.
Algunos frailes adoptaron una perspectiva distinta y creyeron en el po der del ejemplo y la predicación para lograr la conversión religiosa. Se centraron en la educación y la organización comunitaria, esforzándose por aprender las lenguas indígenas y adquirir conocimientos sobre su historia y costumbres. Fray Bernardino de Sahagún fue un ejemplo de ello. El consideró que el conocimiento de las creencias y tradiciones indígenas era fundamental para combatir la idolatría, a la que comparaba con una enfermedad. Sahagún plasmó esta información en su obra Historia general de las cosas de la Nueva España.
En el mismo sentido, reemplazaron festividades y lugares religiosos pre hispánicos por celebraciones y sitios cristianos. También se crearon obras de teatro e imágenes para enseñar la nueva doctrina, lo que resultó en un sincretismo religioso donde se fusionaron creencias, festividades y representaciones divinas católicas y prehispánicas. Como resultado, surgieron “santos” americanos y festividades en su honor. La evangelización implicó, en cierta medida, la destrucción de la cultura y cosmovisión indígena. Esta perspec tiva se basó en la premisa de que el paganismo era inaceptable y debía ser combatido, es decir, la diferencia cul tural podía ser eliminada o atenuada.
Algunos frailes se preocuparon por la explotación y sometimiento de los indígenas por parte de los españoles. Un ejemplo fue fray Bartolomé de las Casas, quien denunció ante la Corona española la violencia y los abusos hacia los indígenas pese a las regulaciones que existían a su favor. Esta denuncia fue plasmada en su obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias.
El clero secular, formado por sacerdotes y obispos, tuvo la tarea de asegurar los ingresos y el dominio económico de la Iglesia mediante la administración de sacramentos y la recaudación del diezmo, es decir, una contribución que pagaban los fieles a la Iglesia correspondiente a la décima parte de sus ganancias. En 1571 fue creado el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de la Nueva España, encargado de vigilar y diri gir la moralidad de las personas, así como promover la denuncia ante la desobediencia de la fe católica, la cual se castigaba incluso con la muerte violenta. Sin embargo, se prohibió su jurisdicción sobre los indígenas, ya que se consideraba que estaban en proceso de conversión.
La conquista y colonización de los territorios americanos fue un proceso violento donde fue sometida a la población indígena. La evangelización desempeñó un papel fundamental, ya que la religión católica era una parte integral del Imperio español. Este proceso impuso nuevas creencias, pues los pobladores originarios fueron obligados a aceptar un dios ajeno y descono cido, lo que propició la invalidación de su cosmovisión. Así, la colonización implicó la destrucción, total o parcial, de la cultura indígena y, por tanto, el objetivo de cambiar la vida de los indígenas se relacionó con diversas trans formaciones sociales de la época.
LA EXPLOTACIÓN INDÍGENA: LA ENCOMIENDA, LOS REPARTIMIENTOS Y OTRAS FORMAS
La Corona española estableció instituciones con el objetivo de aprovechar el trabajo de los indígenas y obtener mayores beneficios económicos. En primer lugar, se implemento la encomienda, luego los repartimientos y posteriormente el peonaje. Estos sistemas permitieron el trabajo forzado y la explotación. Además de estas prácticas, existieron otras instancias y métodos que contribuyeron a lograr dichos objetivos.
Una de las primeras formas de administración y recaudación española establecidas en el territorio novohispano fue la en comienda, la cual consistió en otorgar a los españoles que participaron en la guerra de conquista una parcela de tierra.
Las encomiendas se crearon a partir de los señoríos existentes para establecer un dominio indirecto sobre el territorio. A cada español se le asignaba una o varias encomiendas dependiendo del tamaño y la densidad de la población. El territorio asignado incluía indígenas, quienes debían trabajar en lo que el encomendero determinara. A cambio, los encomenderos debían proteger y evangelizar a los indígenas. Además de su trabajo obligatorio, los indígenas debían pagar tributos a sus patrones. Los encomenderos tenían la responsabilidad de explotar la tierra, mantener el orden en el territorio y recibir los tributos. A cambio, obtenían diversos productos y tenían trabajadores a su disposición.
El repartimiento o cuatequil fue otra forma de explotación de la población indígena que se implementó a fines del siglo XVI y consistió en obligar a un número determinado de indígenas a trabajar de manera rotativa, recibiendo salarios bajos y, en algunos casos, siendo forzados a trasladarse lejos de sus comunidades, lo que rompía sus lazos y los obligaba a migrar a otras regiones. Desde sus primeros años, la colonización se caracterizó por la exclusión racial, la explotación de los indígenas y la esclavitud de los africanos.
El repartimiento guardaba similitudes con un tributo, ya que las comunidades indígenas estaban obligadlas a cumplir con una cuota, pero en lugar de ello recibían un salario previamente establecido. El número de trabajadores y la duración de las labores dependían de las necesidades de los mineros, agri cultores y empleadores, quienes podían requerir desde un solo trabajador hasta decenas de ellos para realizar trabajos en minas, haciendas, servicios domésticos y obras públicas, como el desagüe del valle de México.
El peonaje surgió como una respuesta a la necesidad de mano de obra para la explotación de minas y haciendas a expensas de los indígenas. Los peones enfrentaban condiciones laborales desfavorables y realizaban tra bajos pesados por salarios bajos. Además, existía el peonaje por deudas, que obligaba a laborar para saldar sus deudas, incluso heredándolas.
Los españoles implementaron diversos sistemas para administrar y controlar el trabajo de los indígenas. A pesar de la intención de regu larlos y evitar su explotación o esclavitud, en realidad los trabajadores fueron objeto de trabajos forzados, bajos salarios e incluso esclavitud, además de sufrir otras formas de maltrato y abuso.
CAMBIOS EN LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA
La colonización impacto de manera significativa en diversos aspectos. En particular, se produjeron modificaciones en el paisaje como resultado de la introducción de nuevas especies de animales y vegetales, así como de técnicas de siembra. Por otra parte, los climas del territorio novohispano fueron propicios para los nuevos cultivos y para el desarrollo de la ganadería.
La introducción de nuevas especies vegetales y animales, y la legislación colonial impactaron en los sistemas agrícolas y ganaderos en el territorio novohispa no. Se promovió una agricultura que favorecía la ocupación de tierras por los españoles a través del trabajo forzado de indígenas y africanos. Se facilitó la in migración de peninsulares, es decir, los nacidos en España, asignándoles tierras propicias para la agricultura y ampliando las áreas de trabajo agrícola en su beneficio. Además, introdujeron nuevas semillas; así, se cultivaron y cosecharon, por primera vez en la Nueva España, el trigo y la caña de azúcar.
Las principales regiones dedicadas al cultivo de trigo se establecieron en los actuales territorios de Puebla, el valle de México, Toluca, Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. En cuanto a la caña de azúcar, se cultivaron en lo que actualmente es Cuernavaca, Puebla, Orizaba, Xalapa, Córdoba, Michoacán y, en menor medida, Oaxaca y Chiapas.
La agricultura experimentó otros cambios debido a la introducción de nuevas técnicas de cultivo, como el uso de la yunta, el arado y otros instru mentos que requerían la fuerza de animales como los bueyes y caballos, que habían sido introducidos por los españoles.
La colonización también trajo consigo la implantación del monocultivo, un sistema de producción agrícola donde se cultiva una única especie en un área determinada, en contraposición a los policultivos practicados por los indígenas, que consistían en la producción de diferentes especies en la misma área.
Aunque las técnicas indígenas como la milpa de policultivo y la chinampa, así como los productos agrícolas obtenidos en éstas no desaparecieron por completo, sí se vieron afectados y reducidos porque los españoles utilizaron las mejores tierras y la mano de obra necesaria para trabajarlas. Pese a ello, cuatro especies de origen americano continuaron siendo fundamentales durante la Colonia: el maíz, maguey, frijol y chile.
El maíz se mantuvo como una especie protagónica gracias a su diversidad y adaptabilidad a distintos tipos de suelo y clima, además de la incorporación de las técnicas europeas para su cultivo. Luego, el algodón, el cacao, la vainilla y la grana cochinilla, pro ductos de origen indígena, comenzaron a exportarse, lo que les otorgó una importancia particular y llevó a la Corona española a ofrecer incentivos para su cultivo.
La ganadería, por su parte, se desarrolló gracias a la introducción de nuevas especies animales y a las condiciones climáticas y topográficas favorables. Esta actividad tuvo beneficios en la agricultura, la minería, el transporte y la alimentación básica. Las principales regiones ganaderas en la Nueva España se concentraron en el centro y el norte, ya que requerían vastas extensiones de tierra, lo cual implicó el despojo de tierras a las comunidades indígenas y la creación de latifundios (explotación agraria de gran tamaño) en beneficio de los españoles.
La introducción de nuevos alimentos, como el trigo, el azúcar, las carnes y especias fueron favorables en la alimentación durante el periodo colonial. Surgieron nue vos platillos y productos como conservas, pan, atoles y chocolate dulce. La crianza de animales también influyó en la gastrono mía con el uso de manteca y carne de cerdo en preparaciones como los tamales. Hasta hoy, la cocina mexicana refleja la diversidad natural y cultural del país, pero también exhibe la influencia de la colonización.
La llegada de los españoles a América cambió los métodos de producción agrícola y en la actividad ganadera, lo que derivó en la transformación del paisaje. La explotación de determinados productos impulsó la expansión de las tierras de cultivo en diversas regiones. Además, la introducción de nuevas especies animales y vegetales se integró con los alimentos de origen local, lo que generó modificaciones en la dieta de la población y dio lugar al desarrollo de productos alimenticios que aún forman parte de la cocina mexicana.
Durante la Conquista, los españoles sometieron a la población indígena, reemplazaron sus estructuras sociales y culturales. Las nuevas estructuras dieron como resultado la exclusión y jerarquización social de los indígenas basada en la visión colonialista impuesta por los españoles, lo cual aún persiste. Sin embargo, a pesar de la desvalorización del conocimiento indígena por parte de los europeos, éste no desapareció por completo y quienes poseían esos saberes buscaron formas de protegerlos y transmitirlos a las nuevas generaciones mediante, por ejemplo, la tradición oral, como todavía se practica en muchos pueblos indígenas.