LA REVOLUCION FRANCESA
La Ilustración también permeó la Revolución Francesa, el cambio político-social más relevante ocurrido en Europa a finales el siglo xvm. Las Ideas de filósofos como Voltaire, Montesquieu y Rousseau se extendieron en la población gracias a la prensa y a la Enciclopedia (o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios).
A finales del siglo XVIII, Francia era gobernada por el monarca absolutista Luis XVI, quien concentraba el poder y los privilegios junto con la nobleza y la Iglesia, en un territorio en donde el pueblo se encontraba en una situación precaria debido a las malas cosechas y al pago de impuestos y del diezmo. La sociedad francesa se dividía en tres estados: el rey, a la cabeza, ostentaba un poder absoluto y hereditario; los nobles y el clero tenían acceso a los mejores cargos administrativos y se respetaban sus derechos y privilegios, en cambio las personas que pertenecían al tercer estado (burgueses, campesinos y artesanos) eran los que iban a la guerra, pagaban impuestos y no contaban con derechos políticos.
La ubicación de la burguesía en el tercer estado fue parte del pro blema, pues buscaron tener acceso al poder y fomentar un gobierno que protegiera e impulsara sus actividades económicas. Debido a la presión de la sociedad y la crisis económica, el rey convocó en 1788 a los Estados Generales, una especie de parlamento que tenía 174 años de no realizarse. El tercer estado se mostró inconforme con las reglas de representación y votación, por lo que crearon una nueva asam blea en la que se proclamaron como los verdaderos representantes del pueblo francés y plantearon la creación de una constitución. El rey intentó disolver la asamblea, pero el pueblo respaldó al movimiento, de manera que salieron a las calles y el 14 de julio de 1789 tomaron la cárcel de La Bastilla y liberaron a los presos, suceso con el que inició la Revolución Francesa.
El rey cedió y apoyó la creación de una Asamblea Constituyente que derivó en la aprobación de la Declaración Universal de los DeRechos del Hombre y del Ciudadano el 26 de agosto de ese mismo año, donde se postuló la igualdad ante la ley, la libertad política ante el Estado, la defensa de la propiedad privada, además de abolir los privilegios del clero y la nobleza y se planteó el fin del feudalismo.
En 1791 se aprobó la Consti tución, en la que se estableció la monarquía constitucional y la sobe- rama, la cual recaería en la nación y no en el rey, por lo que los súbditos se convirtieron en ciudadanos con derechos y obligaciones. Asimismo, la nobleza y la Iglesia deberían pagar impuestos como todos los ciudadanos y su pago era proporcional a los bienes e ingresos que poseían.
Luis XVI no estaba de acuerdo con la Constitución, así que intenTó huir y pedir ayuda a otros reyes europeos; sin embargo, fue descu bierto, detenido en Varennes y se le retiraron sus funciones constitucionales. La Asamblea convocó a elecciones para configurar un nuevo parlamento que terminó por abolir la monarquía y estableció una república dividida en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Además, se realizó un juicio al rey y su esposa María Antonieta, donde fueron declarados culpables y condenados a mo rir decapitados en la guillotina. En 1799, Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado, se nombró cónsul de la república y, en 1804, se coronó emperador, con lo que se dio fin a la Revolución Francesa.
La Revolución Francesa fue promovida principalmente por la burguesía, que exi gía tener injerencia en asuntos políticos que facilitaran reformas económicas para impulsar la industria y el comercio. Además, los postulados de la Ilustración se pueden identificar en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, así como en la Constitución.
LA CAÍDA DEL ANTIGUO RÉGIMEN
La Revolución Francesa terminó influyendo en todo el continente, en donde seguían existiendo monarquías absolutistas, por lo que varios reyes realizaron cambios en sus gobiernos a fin de continuar ostentando poder y privilegios.
Sin embargo, para el siglo XIX se llevarían a cabo diversas revoluciones burguesas en Europa y América que pondrían fin al Antiguo Régimen.
El Antiguo Régimen fue el sistema político, social y económico vigente en Europa durante el siglo xviii, en donde la sociedad estaba dividida en tres estamentos (nobleza, clero y el pueblo llano donde además, estaba la burguesía) de manera desigual, ya que sólo los dos primeros gozaban de privilegios y no había movilidad social. Otra característica fue su economía basada en la agricultura y la ganadería con poca innovación tecnológica, lo que atrasaba y perjudicaba los resultados de las cosechas. A finales del siglo xvm, la situación comenzó a cambiar con el inicio de la industrialización y el uso de nuevas máquinas.
La forma de gobierno fue la monarquía absoluta, en donde el rey concentraba los poderes, elaboraba y ejecutaba las leyes, gobernaba y nombraba a sus jueces. La nobleza gobernaba con ellos al formar parte de su ejército o como funcionarios de la corona. La burguesía impulsó la creación de una república o de una monarquía constitucional par lamentaria en donde existiera la división de los poderes para impedir que el poder recayera en un solo individuo, además de postular la igualdad de las personas ante la ley. Con el fin del Antiguo Régimen en Francia, las ideas de cambio se propagaron y se realizaron otras revoluciones en Europa entre 1820 y 1848.
Las ideas difundidas en la Ilustración llegaron a diferentes regiones de Europa. La burguesía, harta de un sistema absolutista que obstaculizaba sus planes de crecimiento y capitalizando adecuadamente el hartazgo de un pueblo con hambre y deseos de justicia, logró poco a poco poner fin al Antiguo Régimen y abrir el camino a ideas democráticas y de derechos humanos.
TRASCENDENCIA MUNDIAL DE LA TOMA DEL PODER DE LA BURGUESÍA
Los cambios ocurridos a finales del siglo XVIII tuvieron tantas repercusiones mundiales que incluso los historiadores han establecido que con la Revolución Francesa concluye la Edad Moderna y comienza la Edad Con temporánea, época que se vive actualmente. Muchos de esos cambios aún hoy en día siguen en discusión y otros forman parte de la vida cotidiana, como los derechos humanos, la posibilidad de votar para elegir a los repre sentantes o el derecho a decir lo que se piensa sin que nadie censure.
Los conceptos de igualdad, derechos hu manos, democracia y sufragio universal se empezaron a difundir y permear a toda la sociedad. Estas mismas ideas aprovechadas por la burguesía después serían empleadas por obreros y campesinos que también buscarían derechos y mejoras sociales.
Además, las colonias en América logra rían su autonomía política, promulgando constituciones que recogerían los derechos adquiridos por la sociedad y hablarían de la igualdad de todas las personas ante la ley. Para los burgueses, posiblemente el cambio más significativo fue la evolución de una economía feudal a una capitalista. Para el resto de la población, la transformación más radical fue haber cambiado su condición de súbdito a ciudadano; por lo tanto, serían iguales ante la ley, con libertad de opinar, con derecho al voto y con la obligación de obedecer las leyes que la Constitución les fijaba.
Cambios económicos, jurídicos, políticos, sociales, culturales y tecnológicos trascendieron con las acciones que promovieron los burgueses, a ñn de aca bar con los regímenes absolutistas que se habían instalado en el poder por siglos. Se transformó la estructura de la sociedad, a la que por primera vez se le hablaba de igualdad, respeto y derechos cuando por siglos se les había en señado política y doctrinalmente que ellos ni lo merecían ni lo necesitaban.
El pensamiento Ilustrado colocó por delante al hombre, la razón y la ciencia, con lo que mostró las contradicciones, injusticias y desigualdades sociales que existían en las monarquías absolutistas del siglo XVIII. Dicho pensamiento se puede identificar en el movimiento de independencia de los Estados Unidos de América y en la Revolución Francesa, en donde se desprendieron Ideas, documentos y acciones que trastocaron al Antiguo Régimen e influyeron en otros pensadores. Al final, el hombre que estaba en el centro del pensamiento humanista se convirtió en ciudadano con derechos, obligacio nes e igualdad ante la ley.